Una pequeña sorpresa ha llegado a casa (por Mirrusca Aurora)

Nací el 28 de junio del 2007.
Al principio viví con mi mamá, mi hermana y mis dos hermanos.
Mi mamá era una hermosa gata negra con blanco, mi hermana era totalmente negra y mis hermanos uno era idéntico a mí y el otro se parecía a mi mamá.
La ama de mi mamá se llama Nury, ella es una enfermera que vive con sus hijos en la casa de su madre.
Resulta que la abuela, no soportaba ver tanto gato en la casa y amenazaba con tirarnos a la calle.
Nury estaba muy preocupada por nosotros, en especial por mi hermanito al que llamaban "el tontito de la camada", él era el más pequeño de nosotros y hasta tenía problemas para caminar.
Un día un vecino le comentó que le acababan de envenenar a Luna la gata y que entonces en la casa había espacio para un animalito.
Ésta fué la oportunidad perfecta para buscarle hogar a mi hermanito, pero ocurrió que en la casa tenían un macho llamado Bodoques y tenían miedo que atacara el gatito indefenso, por lo que preferían una gatita.
Así fué como llegaron a mi casa, dos muchachas con rostro desconocido. La menor quedó fascinada con mi hermana, pero no se la podía llevar porque "ya estaba ofrecida". La mayor quedó encantada por mis ojos verdes, me tomó en brazos y yo decidí clavar mis uñas y escalar hasta la cumbre.
A las dos semanas, Nury se encargó de repartirnos:
Mi hermanito pequeño y la negrita fueron al refugio de animales.
Mi gemelo se quedóa a vivri con élla.
A mí me llevó a una casa del vecindario.
Debo hacer la observación de que estábamos llena de caca y no era nuestra culpa, mis hermanos y yo nos pasábamos el día y la noche encerrados en una jaula para loras, para divertirnos escalábamos y como no teníamos lugar para defecar y los hacíamos desde "lo alto" entonces nos embarrábamos unos a otros.
Mi nueva mamá me tomó en brazos y lo primero que hizo fué bañarme para que mi nueva abuela me viera más bonita cuando llegara a casa.
Mi abuela todavía no estaba al tanto de las conversaciones de adopción que se habían establecido semanas antes y ése día se encontraba de viaje.
Por teléfono le informaron que había una pequeña sorpresa esperándola:
-¡No me digan que otro gato!
-No mamí, es una gata y se llama Mirrusca.
y así empezó la historia